Gaceta Científica

La detección del VIH se adapta a los nuevos tiempos

  • 05.02.2018
DIARIO MEDICO. Com
31 de Enero 2018
AVANCES EN DIAGNÓSTICO

Se investigan métodos más rápidos, cómodos y accesibles que mantengan altos niveles de sensibilidad y especificidad.

María Sánchez-Monge   |  31/01/2018 00:00

 

Dos investigadores de la Universidad de Stanford ponen a punto una de las primeras versiones del nuevo test. (DM)

La oferta de pruebas de detección del VIH se amplía. Por un lado, acaba de hacer su aparición en España el autotest; por otro, prosigue la investigación de mejores métodos de laboratorio. Una buena prueba de la intensa investigación que se está desarrollando en este terreno es un trabajo que se acaba de publicar en Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS), dirigido por Carolyn Bertozzi, de la Universidad de Stanford (Estados Unidos). La mayoría de los test se basan en la detección de anticuerpos en sangre. En este caso, los investigadores se han decantado por un método que realiza esa búsqueda en la saliva. Este fluido se recoge de forma más cómoda y segura, pero presenta el inconveniente de que la concentración de anticuerpos frente al VIH es menor que en la sangre, lo que hace que la sensibilidad de detección sea inferior en las primeras semanas tras la infección.

Con el fin de soslayar este problema, el equipo de Bertozzi ha desarrollado una estrategia indirecta: en vez de dirigirse a los anticuerpos en sí, el método se centra en lo que pueden hacer. Esto se consigue con la tecnología de Detección de Anticuerpos por Aglutinación-PCR (ADAP).

De forma simplificada, el sistema aprovecha un rasgo clave de los anticuerpos: que tienen dos brazos, cada uno de los cuales se agarra fácilmente a virus como el VIH. Los investigadores unieron antígenos de VIH a una y otra mitad de un fragmento de ADN. A continuación, añadieron estos antígenos modificados a una muestra de saliva.

De esa manera, si esa muestra contenía anticuerpos de VIH, sus dos brazos se agarrarían a los antígenos conjugados con ADN, uniendo las dos mitades de ADN en una hebra continua. Una vez que el ADN alcanza esa longitud total, resulta sencillo detectarlo usando técnicas estándar de laboratorio.

Este método, que aún debe perfeccionarse, diagnosticó correctamente a 22 personas que habían dado positivo con otros métodos de detección. Por otro lado, el test no arrojó ningún falso positivo en otros 22 participantes que eran seronegativos.

Periodo ventana

«Creemos que podemos captar señales de infección a partir de fluido oral en torno a 30 días tras la infección», ha explicado Bertozzi a DM. «En comparación, los test orales actualmente disponibles captan señales a partir de los 40 días y los test de sangre en torno a los 15 días«. La investigadora confía en poder mejorar su tecnología para aproximarse a ese periodo mínimo que en la actualidad se sitúa en dos semanas.

Dado que este test requiere «la amplificación de una secuencia distintiva de ADN mediante PCR, de momento esta tecnología no puede aplicarse a la autodetección», aclara la investigadora. «Es un test que tiene que realizarse en un laboratorio».

Cada modalidad cubre una necesidad diferente. Tal y como comenta Javier de la Torre, portavoz de la Junta Directiva del Grupo de Estudio del Sida (Gesida), «muchas personas prefieren hacerse la prueba tranquilamente en su domicilio sin involucrar a nadie más«. La principal razón es «el estigma que todavía se asocia al VIH». El experto recalca que «un negativo no significa que no se tenga VIH. Hay un periodo ventana de tres meses».

Miguel Ángel Benítez, presidente del Grupo de Trabajo de Microbiología de la Sociedad de Medicina de Laboratorio y director técnico del Consorcio del Laboratorio Intercomarcal del Alto Penedés, Anoya y Garraf (Barcelona), comenta que con los sistemas de laboratorio ese plazo se puede reducir hasta 2-8 semanas. «En casi el 100 por cien de los laboratorios clínicos empleamos métodos de cuarta generación«, precisa. En ellos se mezcla la detección de anticuerpos frente a VIH 1 y 2 con la detección del antígeno p24, «que aparece antes que los anticuerpos, con lo que se puede reducir el periodo ventana».

Generalmente, la tecnología que se emplea en esos test de cuarta generación es la quimioluminiscencia, que es un sistema basado en la transmisión de luz que se usa para detectar anticuerpos y hormonas.

Hoy por hoy, la detección directa del virus queda reservada para casos muy excepcionales en los que no se pueda esperar.

 

 

 

 

 

 

 

 

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