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Junta de Andalucía y Colegios de Médicos: un acuerdo con matices
Dr. Juan José Bretón
Defensor del Colegiado
Colegio de Médicos de Málaga
Recientemente se ha firmado un acuerdo de principios entre la Junta de Andalucía y representantes de los colegios médicos andaluces que ha levantado cierta contestación entre fuerzas sindicales y políticas de la autonomía.
Algunos incluso acusan a los Consejos de colegios médicos de actuar sin tener en cuenta el interés del conjunto de sus colegiados. Lo cierto es que no debe verse como una concesión a medidas por las que los sanitarios han sido gravemente perjudicados: reducción de salario, aumento y modificación arbitraria de horarios y presiones muy duras para ahorrar; No se nos olvida que hasta ahora el “talante” de la Junta fue de menosprecio o indiferencia a una profesión que parecía miraba con suspicacia; Muchas reformas se hicieron sin pedir opinión y así han salido. Incluso se quiso promover la devaluación de los propios colegios médicos, suprimiendo la colegiación obligatoria para el ejercicio profesional.
No obstante, ante propuestas de ámbito muy general como las suscritas, que tratan -así se dice – de salvar el sistema de salud público, es lógico que los representantes de la profesión estén de acuerdo con los enunciados del documento. Se debe recordar que las asociaciones profesionales no pueden ni deben ejercer acciones de tipo sindicales ni político, aunque puntualmente se coincida en algún objetivo común. La postura de los colegios de médicos andaluces ha sido siempre leal con el sistema, pero al tiempo ejerciendo su papel de voz del colectivo para reivindicaciones profesionales y orientación al colegiado. Como se suele decir, lo cortés no quita lo valiente. Se ha sido especialmente crítico con la pérdida de puestos de trabajo, contratos por horas y fusiones de centros poco fundamentadas. También cuando se intenta ahorrar en farmacia con medidas que tuvieran el riesgo de dificultar la libre prescripción o poner trabas a la dispensación de fármacos.
Este acuerdo no debe considerarse un cheque en blanco a la Junta ni una alineación de los colegios médicos con una determinada opción política, de espaldas o en detrimento de sus propios colegiados. Por el contrario, se trata de estar en una posición que permita recordar a los administradores públicos que se debe cumplir unos principios racionales de gestión para así sostener el sistema sanitario. Es muy importante que se aplique esa transparencia a la que alude el acuerdo, y que permita conocer con certeza la situación contable y de recursos humanos, así como la previsión de actuación y necesidades a corto y medio plazo. Estas últimas medidas son indispensables si se quiere evitar la quiebra del sistema, que ya se resiente en cantidad y calidad. Muchos médicos jóvenes se plantean el ejercicio de sanidad privada o la emigración como únicas salidas dignas, lo que puede llevar a la imposibilidad de reemplazo en algunas especialidades dentro de unos años.
Los colegios médicos ya han hecho en numerosas ocasiones declaraciones institucionales, y elevado su voz cuando las cosas no fueron por el camino adecuado. No se debe dudar que continuarán por este camino, con la guardia alta. Se aceptarán los sacrificios a que la crisis obliga, pero también exigiendo que se haga una buena gestión de estos sacrificios. Tampoco se cederá en la defensa de los principios éticos de la profesión y de su dignidad, en cuanto que estos son la mejor garantía de servir a sus pacientes y a toda la sociedad.