Gaceta Científica

Hipertensión arterial resistente

  • 20.12.2023

En 2007, las guías del American College of Cardiology (ACC) y la American Heart Association (AHA) definen la HA como presión arterial sistólica de ≥ 130 mm Hg o presión arterial diastólica ≥ 80 mm Hg, basada en al menos 2 lecturas obtenidas en al menos 2 ocasiones. Esto es más estricto que las guías de 2003 del Seventh Joint National Committee on Detection, Evaluation, and Treatment of High Blood Pressure, que definió la HA como presión arterial ≥ 140/90 mm Hg. Como resultado de la nueva definición, la prevalencia de la HA en EE. UU. aumentó de casi el 32% al 47%. La HA es una de las principales causas de enfermedades cardiovasculares y muerte.

La presión arterial objetivo debe individualizarse según las características del paciente, los efectos adversos de la medicación, la tolerancia y preferencias.

En los pacientes con enfermedades cardiovasculares o riesgo de un evento de enfermedad cardiovascular aterosclerótica ≥10% en los próximos 10 años, las pautas de ACC-AHA de 2017 recomiendan “una presión arterial objetivo < 130/80 mm Hg”.

En los pacientes con menor riesgo, las directrices ACC-AHA dice que el mismo objetivo “puede ser razonable”.

En los pacientes con enfermedad renal crónica, la guía Kidney Disease Improving Global Outcomes de 2021 recomendó acordar un valor de presión arterial sistólica <120 mm Hg dependiendo de lo adecuado de la medición. Esta recomendación se basa en gran medida en los beneficios de este objetivo más bajo sobre el sistema cardiovascular, como quedó demostrado por el Systolic Blood Pressure Intervention Trial, en el que los pacientes con riesgo de enfermedad cardiovascular no diabéticos fueron asignados al azar para alcanzar presiones arteriales < 120 mm Hg o < 140 mm Hg.

En un análisis de subgrupos de enfermedad renal crónica, el grupo intensivo tuvo una tasa ligeramente más elevada del cambio en el índice de filtrado glomerular estimado (−0,47 vs. −0,32 ml/min/1,73 m2/año) después de 6 meses. La disminución de la función renal puede estar mediada hemodinámicamente como resultado de un control más intensivo de la presión arterial.

En los pacientes con diabetes, la American Diabetes Association recomienda un objetivo de presión arterial < 130/80 mm Hg. La mayoría de las personas no logran estos objetivos. En EE. UU. solo el 20,6% de los hipertensos tienen su presión arterial controlada usando las definiciones de ACC-AHA de 2017. La tasa de control fue 62,8% utilizando el antiguo umbral de < 140/90 mmHg.

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