Gaceta Científica

Cistitis aguda en niños mayores de 12 años y adolescentes

  • 09.02.2024

La cistitis aguda infecciosa se define como la presencia y proliferación de un número significativo de microorganismos en la vejiga, constatada en orina recogida mediante técnica adecuada, asociada a disuria, urgencia miccional, polaquiuria (síndrome miccional) y ocasionalmente de tenesmo, dolor suprapúbico y hematuria.

La presencia de hematuria no se correlaciona con la gravedad de la cistitis.

Es mucho más frecuente en la mujer adolescente que en el varón.

  • Cistitis aguda no complicada: se presenta fundamentalmente en personas con un tracto urinario estructuralmente normal, sin anomalías funcionales ni enfermedad de base. Afecta principalmente a mujeres adolescentes y jóvenes.
  • Cistitis aguda complicada: se presenta en pacientes con alteraciones anatómicas o funcionales del tracto urinario, enfermedad de base o portadores de sonda urinaria. Afecta a ambos sexos.
  • Cistitis recurrente: 3 tres o más episodios de cistitis en 1 año o dos en los últimos 6 meses. Es más frecuente en mujeres.

En 80-90 % de los casos la etiología de la cistitis aguda no complicada se limita a Escherichia coli.

El diagnóstico de sospecha se basa en la sintomatología clínica compatible y la presencia de leucocituria (esterasa leucocitaria positiva en la tira de orina o en el sedimento), que orientan a decidir si es preciso iniciar tratamiento.

En la elección de la antibioterapia empírica se debe tener en cuenta que E. coli es el germen más frecuente a cubrir, las recomendaciones basadas en la evidencia científica, la multitud de factores dependientes del propio paciente, sexo, tolerancia y simplicidad de la pauta posológica del fármaco elegido, que favorece o dificulta la adherencia al tratamiento.

En pacientes con cistitis previas deben revisarse los perfiles de susceptibilidad de los antibiogramas anteriores.

Si están con profilaxis antibiótica o han recibido recientemente antibióticos estaría indicado elegir otra opción antimicrobiana.

Para plantear un tratamiento empírico efectivo es prioritario conocer previamente el patrón actualizado local de sensibilidades de los principales uropatógenos involucrados evitando aquellos antibióticos que presenten resistencias ≥ 10-15%.

El diagnóstico de confirmación requiere la recogida de urocultivo, que aportará información de resistencias tanto para el paciente como para la comunidad.

Se recomienda su realización siempre que sea posible, especialmente en cistitis aguda complicada y recurrente, por existir un incremento de factores de riesgo y un espectro de bacterias más amplio, con frecuencia resistentes a los antimicrobianos habitualmente utilizados.

El resultado del antibiograma permite ajustar el tratamiento a la sensibilidad del microorganismo aislado.

Se continuará con el empírico inicial o cambiará a un antibiótico de espectro más reducido, con buena tolerancia, con menos efectos secundarios y menor impacto colateral ecológico en la flora fecal y vaginal, durante el tiempo preciso.

Se deben restringir antimicrobianos de amplio espectro en infecciones no complicadas.

Las resistencias a todos los antibióticos utilizados en el tratamiento de las ITU están creciendo siendo especialmente preocupante el aumento de resistencias a amoxicilina-clavulánico en todas las edades y a quinolonas en adultos, si bien existe una gran variabilidad en las distintas comunidades.

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