Revista Málaga 156
Dr. Pedro Angona: “Con mi fotografía trato de captar el hueso de la naturaleza humana”
Mar Andrades
El Dr. Pedro Angona estudió Medicina en La Universidad Complutense de Madrid. Luego, estuvo casi dos años dedicándose a la medicina rural en Horche, un pueblo de Guadalajara. Hasta que tuvo la oportunidad de venir a Málaga, con la intención de hacer una reforma de la psiquiatría hospitalaria y de beneficencia. Desde 1980 estuvo trabajando en el Hospital Regional, donde fue coordinador del equipo de salud mental comunitario de toda Málaga norte. Hasta que llegó el año 2017, fecha de su jubilación, que fue antes de lo previsto, pues “no estaba dispuesto a ver cómo se derrumbaba la sanidad pública en este país”. Ahora, tras años dedicándose a la psiquiatría y al psicoanálisis, nos cuenta cómo expresa su vertiente creativa a través de la fotografía.
¿Cómo y cuándo empezó su afición a la fotografía?
Ya estudiando medicina conseguí hacer un viaje a Las Canarias, donde se podían comprar las cámaras más baratas. Me compré una reveladora analógica, pero alguien me la pidió y nunca la volví a recuperar. No sé dónde estará, si en el basurero o en casa de alguien (ríe). El revelado se me hacía muy caro en aquella época y en cuanto pude me compré una cámara digital que era mala y barata.
Cuando me jubilo tomo la decisión clara y precisa de que me voy a dedicar de una manera intensa a la fotografía. Me metí en el Colectivo f11 de Juan Miguel Alba, que conocí gracias a dos compañeras psiquiatras. Ellos organizan cursos, enseñan a manejar la maquinaria y el proceso de edición.
Con mi jubilación me compré una super cámara de fotos, hice una inversión importante. Cuando entré a ese colectivo estaban organizando un viaje a unas tribus del sur de Etiopía, finalmente se descolgó una persona y pude ir. Y sin ni haber dado un curso de iniciación a la fotografía, hice el viaje. Esto supuso un antes y un después en mi vida. A pesar de la barrera idiomática, puedes captar cómo es su vida y cómo son sus rituales. Dormimos en tienda de campaña y llevábamos un coche de reserva con comida. Además, en un tramo tuvimos que ir protegidos por el ejército. La experiencia fue increíble.
¿Qué es lo que desea transmitir con sus fotos?
Es buena pregunta porque ni yo mismo lo sé. Es algo que les suele pasar a los fotógrafos. Nos preguntamos: ¿Cuál es mi proyecto?, ¿Qué quiero hacer con la fotografía? Para empezar, hay que decidir si va a ser retrato, paisaje, calles… Yo soy psiquiatra y me he formado muy en profundidad en el psicoanálisis, así que siempre estoy tratando de buscar un proyecto fotográfico que capte el hueso de la naturaleza humana, por decirlo de alguna manera. Eso dicho así parece que dice poco, pero para mí dice mucho. En el retrato voy encontrando bastante de eso, hay algo detrás de la mirada de cada persona, de las emociones, que muchas veces me da la impresión de que así capto lo que busco. Pero a estas alturas de mi corta trayectoria no puedo decir que tenga un estilo fotográfico definido, que quiera transmitir algo concreto y específico.
En 2018 ganó el premio de la fotografía libre con “Campesinas en Jodphur” en el I Concurso de Pintura y Fotografía durante el homenaje a los jubilados de 2016 que organizó el Hospital Regional. ¿Cómo se sintió al ser galardonado?
Como no me había presentado nunca a ningún premio de fuera del colectivo, en realidad me presenté por participar, y, para mi sorpresa, me dieron el premio. Si el concurso tuviera más difusión y se hubieran presentado más artistas, no habría ganado. Conozco a fotógrafos muy buenos en el mundo de la medicina. No había muchas fotografías.
¿En qué exposiciones había participado previamente?
Con el colectivo he hecho varias exposiciones, por ejemplo, en Ronda o en el Jardín Botánico La Concepción. Antes de la pandemia expusimos en el Colegio de Veterinarios una de light painting, que trata de hacer fotos por la noche, con lámparas, y pintar a modelos en la naturaleza. Tenemos algunas en El Torcal que parecen de cuento, muy mágicas. Siempre la hacemos conjunta porque una exposición individual es mucho dinero, el marco, el revelado…
Es muy interesante descubrir que la fotografía o la cámara te lleva a sitios, entre la cámara y tú se hace un diálogo y ella te lleva. Porque si a mí me dicen en cualquier otro momento: vete en febrero a El Torcal, por la noche, súbete con una lampara allí porque la vía láctea esta estupenda, y vas a pasar un frio que te mueres, no lo hubiera hecho. Pero ahora, la cámara me ha llevado a sitios que no hubiese ido bajo ningún pretexto.
¿Cuál ha sido su trabajo más íntimo o personal?
Fotografiar a mi hija desde su primer mes de embarazo. Hacerle fotos de todo el embarazo y el seguimiento del nacimiento de mi nieto. Estoy haciendo un álbum de los cuatro primeros años de la vida de mi nieto. Este es el trabajo que me produce más afecto.
Además, ahora mismo estoy preparando un libro para mí y para mi familia de un viaje de Etiopía. He decidido hacerlo en blanco y negro, aunque sea casi un sacrilegio, por todos los colores que usan allí, pero como de eso internet está lleno, quería hacer algo diferente y forzar el blanco y negro a ver qué pasa.
¿Qué otro tipo de aficiones tiene?
Mantengo un día de consulta de pacientes antiguos, aunque no tengo consulta abierta estrictamente. No lo puedo dejar. Tengo pasión por la profesión. Como siempre he dado docencia a médicos, psicólogos y enfermeros en formación de psiquiatría, sigo yendo todos los miércoles al hospital a dar formación a los residentes. También hago un poco de pilates para estar en forma. Al final cuando me quiero dar cuenta, estoy más ocupado que antes.
Además, un aspecto que me parece muy importante es que cuando alguien tiene una determinada edad tiene que vincularse a cosas que no dependan mucho de las personas, ni de los amigos ni de que te llamen, si no que sean cosas como, por ejemplo, la guitarra, que siempre va a estar ahí, o la cámara de fotos. Indudablemente es mejor hacerlo con gente, pero para mí, todo esto ha supuesto llenarme la jubilación entera, porque la fotografía incluye el viaje, el proceso de ordenador, y que con una foto te puedes tirar horas. Tiene todas las vertientes: haces ejercicio porque te subes a las montañas, haces relaciones sociales, haces algo fotográfico artístico… es múltiple.