Gaceta Científica
El uso seguro de analgésicos en pacientes con cirrosis
El dolor es frecuente en pacientes con cirrosis.
Debido a posibles alteraciones en el metabolismo de los fármacos, el riesgo de efectos adversos y complicaciones de la cirrosis, los médicos a menudo se enfrentan a decisiones difíciles cuando elección de analgésicos adecuados en estos pacientes.
En general, el paracetamol sigue siendo el analgésico preferido.
A pesar de su potencial de toxicidad hepática intrínseca, el paracetamol es seguro cuando se utiliza en dosis de 2 g/día.
Por el contrario, se deben evitar los antinflamatorios no esteroides no selectivos debido a sus múltiples efectos secundarios, entre ellos empeoramiento de la función renal, disminución de la respuesta diurética y aumento del riesgo de hipertensión portal y sangrado por úlcera péptica.
Celecoxib se puede administrar a corto plazo (≤ 5 días) en pacientes con cirrosis de tipo Child A y B (reducción de dosis del 50%).
Los opioides conllevan el riesgo de precipitar enfermedades hepáticas, encefalopatía y, en general, debe evitarse, cuando sea posible.
Si la situación clínica lo exige, el uso de opioides debe limitarse a agentes de acción corta y durante corta duración.
Gabapentina y pregabalina son generalmente seguros.
Se debe evitar la duloxetina en caso de insuficiencia hepática.
Diclofenaco y lidocaína tópicos parecen ser seguros en pacientes con cirrosis.
Acceso al documento pulsando aquí.