Gaceta Científica
Traumatismo craneoencefálico leve y biomarcadores de lesión cerebral aguda
Actualmente, la tomografía computarizada (TC) craneal es la herramienta de diagnóstico estándar para evaluar la lesión intracraneal de pacientes con traumatismo craneoencefálico (TCE) e identificar aquellos que necesitan tratamiento quirúrgico inmediato.
Existe un consenso generalizado sobre la realización de la TC craneal en los pacientes con TCE moderado o grave, pero no hay acuerdo sobre a qué pacientes con TCE leve (puntuación en la Escala de Coma de Glasgow –GCS– entre 13-15) se debe realizar esta prueba, por la baja prevalencia de anomalías intracraneales detectadas por TC y la excepcional mortalidad ligada al daño cerebral leve.
Los biomarcadores de detección rápida en suero/plasma GFAP (glial fibrillary acidic protein) y UCH-L1 (ubiquitin C-terminal hydrolase-L1) sirven de ayuda a la toma de decisiones durante la evaluación de pacientes adultos con GCS 13-15 en las primeras 12 horas desde el TCE.
Permiten determinar la necesidad de realizar una TC, reduciendo su uso a los casos necesarios.
Tras un TCE leve, en pacientes con GCS 15 con síntomas y/o factores de riesgo, GCS 14 o 13, un resultado negativo de GFAP y UCH-L1 en las primeras 12 horas, descarta la necesidad de realizar una TC craneal, con un valor predictivo negativo.
Estos pueden ser dados de alta para observación domiciliaria, siempre que estén recuperados y sin sintomatología.
Si han transcurrido más de 12 horas del TCE, o al menos un biomarcador es positivo, se debe realizar una TC craneal y, a tras ello, seguir los protocolos habituales según los hallazgos radiológicos y el estado clínico del paciente.
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