Gaceta Científica
Dolor crónico no-oncológico: ¿opioides?
En el número 1 del volumen 30, correspondiente a 2022 del INFAC, boletín de información farmacoterapéutica del CEVIME (Centro Vasco de Información de Medicamentos) podemos encontrar un análisis sobre este debatido tema.
Los fármacos opioides tienen un papel claramente establecido en el tratamiento del dolor agudo, el dolor oncológico y en la fase final de la vida. Sin embargo, no han demostrado un perfil beneficio-riesgo favorable a largo plazo en el dolor crónico no oncológico (DCNO), por lo que las guías actuales no los recomiendan salvo en casos muy seleccionados. Pese a ello, los datos de consumo de opioides muestran un continuo crecimiento. Por otra parte, cada vez se dispone de más información sobre efectos adversos como la hiperalgesia, la dependencia o la adicción, que se suman a los efectos secundarios más comunes de estos fármacos como el estreñimiento, las náuseas, la somnolencia y los mareos.
Frente al actual modelo asistencial centrado en el tratamiento farmacológico, numerosos autores están planteando un cambio en el abordaje del dolor, proponiendo pasar de un modelo biomédico que pone énfasis en encontrar y tratar la causa subyacente del dolor a un modelo biopsicosocial que identifica los factores psicológicos, sociales y culturales como elementos contribuyentes del mismo.
La gran utilización de los opioides en el DCNO, los problemas de seguridad detectados derivados de esta utilización, junto con los conocimientos actuales sobre la neurobiología del dolor, son los principales motivos para revisar de nuevo el papel de los opioides en el abordaje del DCNO.