Ana Martín Duque

El Dr. Ángel García Alcántara es médico especialista en cuidados intensivos. Estudió en Sevilla y se fue hasta Algeciras con su mujer, la Dra. María Victoria de la Torre, donde creó en 1979 la primera Unidad de Cuidados Intensivos. En 1982 se asentaron en Málaga. En 1985 abrieron la UCI del Hospital Civil y en 1987 pasó a la Unidad de Cuidados Intensivos del Hospital Virgen de la Victoria hasta su jubilación en 2017.  Ya jubilado decidió hacerse coordinador en Andalucía del Plan Nacional de RCP con la idea de difundir la importancia de las técnicas de soporte vital y poder así dotar a las ciudades del material necesario y acercar el conocimiento a la ciudadanía. Actualmente está trabajando de forma voluntaria como médico rastreador de COVID-19.

¿A quién afectan las paradas cardiorrespiratorias?

Las paradas cardiorrespiratorias nos pueden afectar a todos. Son aquello que llamamos las muertes no previstas, son personas sanas que tienen una emergencia que si no se actúa de forma rápida van a fallecer. En España mueren al día de media aproximadamente 130 personas de muerte no prevista, siendo 100 de ellas de origen cardíaco, 10 en suicidios, 8 de accidentes de tráfico, 6 de ahogamientos, 3 de intoxicaciones no voluntarias y 1 por atragantamientos. En Andalucía mueren 17 personas y en Málaga 3 ó 4.

¿Cómo surge la iniciativa Málaga Cardioprotegida?

Es una iniciativa que surgió hace 2 ó 3 años en el Ayuntamiento de Málaga. Fue una idea del alcalde, Francisco de la Torre, que, tras leer una publicación de El País que decía que no era lo mismo tener una parada cardiorrespiratoria en Madrid que en Estocolmo, decidió que Málaga tenía que tratar con firmeza este problema.

¿Para qué sirve la Plataforma Málaga Cardioprotegida y cómo podemos acceder a ella?

Sirve para que con nuestro móvil podamos escanear el código QR que nos lleva hasta la página web (desfibriladores.malaga.eu). Esta dirección nos muestra un mapa callejero de Málaga que nos indica cuál es nuestro desfibrilador más cercano y al pulsar podemos acceder con Google Maps a la dirección. Esta herramienta es muy necesaria porque tan importante es tener desfibriladores como hacer que la población sepa dónde encontrarlos. Esta plataforma creada por el Centro de Informática Municipal ha sido muy bien acogida.

¿Por qué es importante que haya desfibriladores?

El extintor apaga el fuego y el desfibrilador apaga el caos que genera la parada cardiaca. Tres de cada diez paradas cardiacas que van a haber hoy en la provincia de Málaga van a ser antes de llegar a un hospital. Lo que se ha visto es que, si se actuase rápidamente en las emergencias, sobre todo en muerte súbita, podríamos salvar a más de la mitad de las personas que actualmente fallecen. Si supiéramos actuar rápidamente con las manos haciendo RCP y poner un desfibrilador en los primeros 5 o 6 minutos podríamos salvar a muchas personas.

¿Cómo de importante es la formación sobre el tema?

Es muy importante que haya conocimientos porque se salvan vidas. La formación es la mejor inversión que se puede hacer porque con solo dos manos y una técnica moderadamente correcta podemos reducir muchos riesgos. En España la población formada en RCP no llega al 20%, en los países nórdicos y Japón estas cifras llegan al 80 o 90%. En estos países es de obligatorio conocimiento en todos los niveles educativos e incluso para obtener y renovar el permiso de conducir.

¿Podríamos decir que Málaga es una ciudad cardioprotegida?

Estamos en ello. Lo que está claro es que vamos por buen camino, Málaga es la ciudad andaluza mejor cardioprotegida y una de las mejores a nivel nacional. Actualmente estamos en una relación de un desfibrilador censado por cada 1.500 habitantes cuando la media española es de uno cada 6.000 habitantes y se recomienda que haya uno cada 1.000.

El objetivo de Málaga es dotar a la ciudad de 1.000 desfibriladores. Actualmente hay censados 500 que se encuentran en los principales centros sociales como Calle Larios, museos, áreas deportivas y aparcamientos. Es muy importante que haya desfibriladores en la calle para que puedan estar accesibles las 24 horas del día ya que en muchas ocasiones nos hemos encontrado con el problema de que hay equipos disponibles, pero están dentro de algún centro o empresa y esto te limita a un horario.

Además, hay 40 autobuses urbanos con conductores formados y desfibriladores, estos están registrados en el QR de la Plataforma y podemos saber si tenemos algún autobús cerca que pueda traer uno. Estos están continuamente en movimiento y es una ventaja ya que, a través de esta aplicación, la EMT se pone en contacto con el conductor y se para de inmediato cuando alertan de que alguien va a ir a recogerlo. A continuación, el 061 se dispone a retirar este desfibrilador y lo devuelve al día siguiente al autobús.

Considero que es muy importante que haya desfibriladores en la calle que estén disponibles las 24 horas del día, de entrada, se han colocado en zonas céntricas pero el objetivo es ponerlos en barriadas. Además, es muy importante que este material esté bien distribuido, cada 300 o 400 metros aproximadamente.

Es importante también que donde haya un desfibrilador haya un grupo de personas formadas porque si no no sirve de nada.

En ocasiones hay personas que tienen conocimientos de RCP y no saben si actuar por miedo a causar más daño al afectado

De la nada a la excelencia hay mucho camino. Cuando una persona entra en parada cardiorrespiratoria hay que ser sensato, hay una frase sueca que dice “con dos manos y dos dedos de frente podemos salvar muchas vidas”. Si yo veo que una persona no respira y no actúo esta persona está muerta, todo lo que hagamos va a ser positivo. Lo peor que podemos hacer es cruzarnos de brazos y esperar a que llegue la ambulancia. La ambulancia va a llegar, pero la media que tiene en 061 en Andalucía ahora mismo está por encima de los 8 minutos y a partir de los 3 minutos, cada minuto que pasa es un 10% de cerebro muerto. Si tú no haces nada y sale vivo, a los 8 minutos va a tener el cerebro muerto y va a tener secuelas para toda la vida.

¿Es necesario crear un Plan Nacional de RCP?

Sí. Existe un Consejo Español de RCP que tiene como objetivo conseguir este Plan Nacional y estamos trabajando en ello. Actualmente hay 17 decretos sobre la mesa, cada uno con sus matices, pero el objetivo es crear un plan organizado en que toda la población tenga conocimiento sobre las maniobras de primeros auxilios desde Educación Primaria.

¿Tiene que venir la formación desde la escuela?

Sí, es uno de los objetivos principales de este borrador de Plan Nacional de RCP. Es necesario que los ciudadanos tengan formación en primeros auxilios desde que entran en Educación Primaria y que esta se vaya fomentando al pasar los años.

Antes de la pandemia teníamos un plan de formación muy potente en Málaga a través de EXPAUMI, una escuela que tiene el Ayuntamiento en Ciudad Jardín donde organizábamos todos los meses un plan de formación al personal del Ayuntamiento. Además, teníamos un acuerdo entre el Hospital Virgen de la Victoria, la Fundación Unicaja y la Asociación EXPAUMI y hacíamos cada mes un curso destinado a los ciudadanos. Actualmente estamos trabajando en un plan de semipresencial en que podamos alternar las clases online con unas prácticas cortas para poder seguir formando a los ciudadanos durante la pandemia de forma gratuita.

¿Cuáles son los objetivos a corto, medio y largo plazo?

Como objetivo a corto plazo tenemos llegar a los 700 desfibriladores en Málaga y 56 farmacias. A medio plazo queremos alcanzar los 1.000, con idea de crear una red segura que permita que haya desfibriladores a menos de 400 metros, donde hay un extintor debe haber un desfibrilador. A largo plazo lo ideal sería que a través de un Plan Nacional de RCP se consiguiera formar a la población desde la niñez.

¿Por qué decidió coordinar esta actividad tras su jubilación?

He trabajado en Cuidados Intensivos durante 42 años y en los últimos años me he dedicado especialmente a los enfermos cardiacos. Ahí veía cada día lo importante que es tener una sociedad formada con conocimientos básicos de RCP al encontrar casos de enfermos con graves secuelas tras pequeños infartos que podrían haber tenido un impacto menor si se hubieran aplicado las técnicas necesarias a tiempo.