ANTECEDENTES Y OBJETIVOS: Algunos probióticos pueden ser beneficiosos en el síndrome del intestino irritable (SII), pero las diferencias en las especies y cepas utilizadas, así como los criterios de valoración informados, han obstaculizado los intentos de hacer recomendaciones específicas sobre cuál debería preferirse.

Actualizamos nuestro metanálisis anterior que examina este tema.

MÉTODOS: Se realizaron búsquedas en MEDLINE, EMBASE y el Registro Cochrane de Ensayos Controlados (hasta marzo de 2023).

Fueron elegibles los ensayos controlados aleatorios (ECA) que reclutaron adultos con SII y compararon probióticos con placebo.

Los datos de síntomas dicotómicos se agruparon para obtener un riesgo relativo de síntomas globales, dolor abdominal o hinchazón o distensión abdominal que persiste después del tratamiento, con un intervalo de confianza (IC) del 95%.

Los datos continuos se agruparon mediante una diferencia de medias estandarizada con un IC del 95%.

También se agruparon los datos de eventos adversos.

RESULTADOS: Identificamos 82 ensayos elegibles, que contenían 10 332 pacientes. Sólo 24 ECA tuvieron bajo riesgo de sesgo en todos los dominios.

Para los síntomas globales, hubo una certeza moderada en la evidencia de un beneficio de cepas de Escherichia, certeza baja para las cepas de Lactobacillus y Lactobacillus plantarum 299V, y certeza muy baja para los probióticos combinados, LacClean Gold S, Duolac 7s y cepas de Bacillus.

Para el dolor abdominal, hubo baja certeza en la evidencia sobre un beneficio de Saccharomyces cerevisae I-3856 y cepas de Bifidobacterium, y certeza muy baja para probióticos combinados, cepas de Lactobacillus, Saccharomyces y Bacillus.

Para la hinchazón o distensión abdominal hubo una certeza muy baja en la evidencia sobre un beneficio de la combinación de probióticos y cepas de Bacillus.

El riesgo relativo de experimentar cualquier evento adverso, en 55 ensayos, que incluyeron a más de 7000 pacientes, no fue significativamente mayor con los probióticos.

CONCLUSIONES: Algunas combinaciones de probióticos o cepas pueden ser beneficiosas en el SII.

Sin embargo, la certeza de la evidencia de eficacia según los criterios GRADE fue de baja a muy baja en casi todos los análisis.

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