El virus de la hepatitis C (VHC) es un virus de ARN hepatotrópico que puede causar hepatitis aguda y crónica, con daño hepático progresivo que resulta en cirrosis, enfermedad hepática descompensada y carcinoma hepatocelular.

En 2016, la OMS pidió la eliminación de la infección por el VHC como amenaza para la salud pública para 2030.

A pesar de algunos avances, se estima que en 2020 vivían 57 millones de personas con infección por el VHC y cada año se producen 300 000 muertes relacionadas con el VHC.

El desarrollo de la terapia antiviral de acción directa ha revolucionado la atención clínica y ha generado un impulso para la eliminación, pero se necesitan con urgencia una detección del VHC simplificada y ampliada, una mejor vinculación con la atención y una mayor cobertura del tratamiento y estrategias de prevención primaria.

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