Gaceta Científica
Criterios y recomendaciones generales para el uso de los anticoagulantes orales directos (ACOD) en el tratamiento y prevención secundaria del tromboembolismo venoso (TEV) en adultos
Informe de posicionamiento terapéutico (IPT)
En los últimos 15 años se han desarrollado anticoagulantes orales directos (ACOD), tales como el inhibidor directo de la trombina dabigatrán etexilato (Pradaxa®) y los inhibidores directos del factor X activado (FXa), rivaroxabán (Xarelto®), apixabán (Eliquis®) y edoxabán (Lixiana®).
Todos ellos han demostrado un beneficio-riesgo favorable en diversas indicaciones, las cuales incluyen el tratamiento y prevención secundaria del tromboembolismo venoso (TEV; todos ellos) (indicación discutida en este informe), la prevención del ictus y la embolia sistémica en pacientes con fibrilación auricular no valvular (FANV; todos ellos; objeto de un IPT separado), la prevención del TEV en pacientes sometidos a artroplastia de cadera y rodilla (con excepción del edoxabán; indicación no discutida en este informe) y prevención de acontecimientos aterotrombóticos tras un síndrome coronario agudo con biomarcadores cardiacos elevados y en pacientes adultos con enfermedad arterial coronaria (EAC) o enfermedad arterial periférica (EAP) sintomática, con alto riesgo de desarrollar acontecimientos isquémicos (solo rivaroxabán; indicaciones no discutidas en este informe).
El presente IPT se limita a la indicación del tratamiento del TEV en adultos.
El TEV, manifestado clínicamente como trombosis venosa profunda (TVP) o embolismo pulmonar (EP), es la tercera causa de muerte cardiovascular, solo por detrás de la enfermedad coronaria y el ictus.
Los factores de riesgo del TEV pueden ser transitorios (ej.: cirugía, cesárea, inmovilización, terapia con estrógenos, etc.) o permanentes/persistentes (ej.: cáncer, enfermedad inflamatoria intestinal, etc.).
Cuando no se identifica una causa, se habla de TEV idiopático ((no provocado o sin factor de riesgo conocido, «unprovoked»).
La anticoagulación en estos pacientes reduce el riesgo de recurrencia, progresión a EP y mortalidad.
El tratamiento anticoagulante del TEV ha consistido tradicionalmente en la administración de heparina no fraccionada (HNF) o heparina de bajo peso molecular (HBPM) durante los primeros días, solapada con un antagonista de la vitamina K (AVK) hasta obtener un cociente internacional normalizado (INR) terapéutico entre 2-3 (tratamiento agudo), y continuando con los AVK un mínimo de 3 meses (prevención secundaria).
Los beneficios de los AVK en eficacia y seguridad dependen del porcentaje de tiempo que el INR está en el rango terapéutico (entre 2 y 3), considerándose que debe ser al menos mayor del 60% e idealmente ≥ 70% (ver IPT de los ACOD en FANV).
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