Revista Málaga, Revista Málaga 158
El discurso ante el Rey
La Dra. María Díaz Diñeiro venció su timidez el pasado 15 de julio cuando tuvo que leer un discurso ante el Rey, el presidente del Gobierno y las autoridades más destacadas del país en la Plaza de la Armería del Palacio Real de Madrid, escenario elegido para el Homenaje de Estado en recuerdo a las víctimas de la enfermedad por coronavirus y de reconocimiento al personal sanitario, dedicado especialmente a los que trabajaron en primera línea. Más de un centenar de profesionales sanitarios han fallecido en la pandemia y cerca de 130.000 se han contagiado. Uno de ellos fue su padre, el Dr. Joaquín Díaz Domínguez, jefe del servicio de Cirugía y Aparato Digestivo del Hospital La Paz de Madrid, fallecido a los 67 años el 18 de abril de 2020, pocos meses antes de su jubilación. La Dra. Díaz, cirujana pediátrica en el Hospital Regional Universitario de Málaga (Materno Infantil) venció esa timidez para honrar a su padre en un emotivo discurso del que desgrana algunos aspectos en esta entrevista concedida a la revista Málaga.
¿Cómo fue la primera toma de contacto con Ud. para que leyera el discurso en el homenaje de Estado a las víctimas de la pandemia? ¿Se lo pensó mucho antes de aceptar?
Me contactaron desde Moncloa porque junto con la Casa Real querían hacer un homenaje centrado en los sanitarios. Me sorprendió mucho y dudé bastante, pero acepté porque pensé que a mi padre le gustaría. Me consta además que entre los sanitarios fallecidos hay grandes médicos, así que fue un honor que de entre todos ellos pensaran en mi padre.
Su discurso destacó de forma especial. ¿Qué objetivos se marcó a la hora de redactarlo?
Principalmente dar a conocer a mi padre, explicar por qué era tan especial, y compartir los sentimientos de aquellos días como familia de una víctima pero también el sentir general de los sanitarios.
Uno de los aspectos más señalados de su discurso fue que a pesar del dolor y el sufrimiento de muchas familias -incluida la suya- en pandemia, el poso final destilaba esperanza y gratitud. ¿Fue uno de sus fines a la hora de escribir el discurso?
Sí. Sobre todo gratitud hacia todo el personal que cuidó de nuestros familiares cuando nosotros no pudimos estar ahí y el aprendizaje de que aún en los momentos más duros la esperanza casi siempre se hace su hueco.
Su experiencia personal fue dura pues su padre, el Dr. Joaquín Díaz, jefe de cirugía del hospital La Paz (Madrid). ¿Le resultó difícil hacer públicos sentimientos tan personales ante toda España?
Supongo que tras una pérdida hay un duelo más público y otro más privado. Con el covid se perdió la posibilidad de sentirte acompañada físicamente tras el fallecimiento de un ser querido, de hacer público ese duelo… de manera que poder despedirle así nos dio mucha paz y aunque hablar de algo tan personal delante de todo el país impone, es cierto que el acto estaba preparado con mucho cariño y el ambiente invitaba a la reflexión.
También agradeció los cuidados y atención que recibió por parte del personal sanitario cuando su padre enfermó de coronavirus y la familia no podía acompañarlo…
Nos consta que el Dr. Añón y todo el personal de la UCI del Hospital La Paz cuidaron mucho a mi padre, y dadas las circunstancias es algo que no olvidaremos.
El fallecimiento de su padre inundó los titulares de los periódicos y el personal del hospital no dudó en concentrarse a las puertas del hospital para homenajearlo, ¿qué recuerdos tiene de aquellos difíciles momentos? ¿Podría hablarnos de la figura de su padre?
Como dije en el homenaje, era un hombre bueno, alegre, magnético. Tenía muchos amigos en muchos ámbitos de la vida, hablaba mucho, estudiaba, cocinaba, pintaba. Era muy curioso y siempre tenía tiempo para ayudar. Sus pacientes le querían muchísimo, para él la medicina era su vida y el Hospital La Paz su lugar, por lo que nos emocionó mucho poder compartir nuestro dolor con sus compañeros que también estaban muy afectados por su fallecimiento. Ha dejado un vacío enorme y a día de hoy no dejamos de recibir muestras de cariño de gente que le quería.
Ud. es cirujana pediátrica en el hospital Materno Infantil de Málaga, ¿cómo vivió a nivel profesional los meses más duros de la pandemia? ¿Y a nivel personal?
Desde luego no han sido meses fáciles para nadie, con el tiempo cada uno tendrá su intrahistoria de esta pandemia, y espero que el tiempo pueda dulcificar los recuerdos de estos meses tan malos, donde han escaseado las buenas noticias. Afortunadamente la población pediátrica no ha sufrido esta pandemia como lo han hecho los adultos, pero el desgaste está en el ambiente, los sanitarios necesitan tiempo.
Por último, ¿desea lanzar algún mensaje a sus compañeros y compañeras del Colegio de Médicos de Málaga?
Tras el fallecimiento de mi padre y el homenaje he recibido muchas muestras de cariño por parte de muchos compañeros que me han emocionado mucho y que no puedo dejar de agradecer de corazón. Ojalá esta pandemia vaya quedando atrás y podamos volver a disfrutar pronto de la medicina.
Puedes escuchar el discurso íntegro aquí.