Revista Málaga 160

La ambulancia del aire

  • 16.06.2023

Los médicos que trabajan en ‘el cero’ lucen con orgullo el uniforme naranja. Llevan las urgencias en la sangre y la mayoría no se ve trabajando en otro lugar.

Rebeca García-Miña

Es el caso del Dr. Alejandro Salazar, director del Centro de Emergencias Sanitarias (CES) 061. Natural de Durango (Vizcaya, 1967), se licenció en Medicina por la Universidad del País Vasco en 1992. Ejerce en Málaga desde 1996, año en el que se colegió en el Colegio de Médicos de Málaga.

Quedamos con él en el edificio del CES 061 en el Parque Tecnológico de Málaga (PTA) para conocer en profundidad la labor sanitaria de los helicópteros. Con él se encuentra Aida Checa (Baza, 1989), enfermera, que es la coordinadora de Cuidados y Servicios del Centro de Emergencias Sanitarias (CES) 061 y vicepresidenta Comisión de Helitransporte CES 061 Andalucía.

En Andalucía hay cinco helicópteros repartidos de forma estratégica, de los que uno se encuentra en Cártama (Málaga). Se trata de un modelo tipo ligero, concretamente el AW109S GRAND. Checa es una experta en helicópteros y maneja a la perfección la terminología relativa a este tipo de aparatos y su tecnología.

“Los cinco helicópteros cubren toda Andalucía, la cobertura es 100% aunque siempre se aplica dentro de una lógica; se envía el medio de transporte que sea más rápido y con el que se pueda llegar hasta donde se encuentra el paciente. Si la ambulancia llega antes que el helicóptero, enviaremos la ambulancia porque no tiene sentido hacer lo contrario”, explica el Dr. Salazar. “El tratamiento es el hospital”, apunta Checa para indicar que lo importante no es en qué medio se traslade al paciente sino que el elegido por el centro de coordinación sea el primero en llegar al centro hospitalario,  donde se aplicará el tratamiento según la patología del enfermo.

Se unen tres factores que influyen a la hora de enviar la aeronave: patología, orografía del terreno y tiempo.

En el aparato, equipado igual que una UVI móvil, hay plazas para cinco personas: médico/a, enfermera/o, piloto y tripulante HEMS (Helicopter Emergency Medical Service). Este último da soporte al piloto. El quinto pasajero es el paciente.

Datos

Los cinco helicópteros ubicados en Andalucía realizaron 1995 salidas en 2022, un 7’6% más que el año anterior.

En cuanto al personal, el Centro de Emergencias Sanitarias (CES) 061 tiene una plantilla de 165 personas, de los que 59 son médicos, 53 enfermeros y el resto son Técnicos de Emergencias Sanitarias (TES). En lo que respecta a la aeronave, dispone de cuatro médicos y tres enfermeros que se turnan para cubrir las horas en las que el aparato está activo, de 8 a 20 horas.

Sangre

El helicóptero de Málaga es el único de Andalucía que tiene además sangre. El director del CES 061 reconoce las dificultades para conseguirlo: “Tenemos que cumplir los mismos requisitos que se exige a un hospital. Ha sido un trabajo muy arduo y complejo que ha requerido multitud de procedimientos”. Cuando, minutos después, visitamos la base me muestran cómo la sangre se conserva en un frigorífico especial y que todo el material que se utiliza para su traslado y posterior uso en el helicóptero está homologado.

“Permite adelantar un tratamiento que puede ser vital sin necesidad de que el paciente espere al hospital para una transfusión”, indica el Dr. Salazar. El transporte de sangre permite, por ejemplo, una asistencia inmediata a los pacientes politraumatizados que suelen perder mucha sangre y que son, con diferencia, los que más atiende el helicóptero.

No todas las llamadas llegan directas al teléfono del 061 sino que muchas de ellas son de hospitales o centros de salud ubicados en zonas de difícil acceso. Una vez solicitado, es el centro de coordinación el que decide si el aparato despega o mejor se envía una ambulancia. No obstante, la última palabra la tiene siempre el piloto pues es quien valora las condiciones climatológicas y del terreno, que deben ser adecuadas y garantizar la seguridad del trayecto a toda la tripulación. Por ejemplo, no se realizan vuelos nocturnos por lo que un servicio que se active antes del anochecer seguramente será rechazado por el piloto y se buscará otro recurso que garantice la asistencia.

Que se pueda ampliar el servicio por la noche requiere que en Andalucía se establezcan helisuperficies certificadas, tanto en hospitales como en diferentes municipios. Actualmente se está trabajando en ello y ya hay centros hospitalarios y algunos pueblos que lo tienen.

“Fue el personal de Málaga el que tuvo la idea de que nos certificáramos para poder llevar sangre y se encargaron del proceso. La idea ahora es hacerlo extensible al resto de helicópteros andaluces”, añade la coordinadora.

Actualmente está en estudio el proyecto de traslado del helicóptero a Antequera, lo que permitiría estar más cerca de las zonas de difícil acceso.

La primera transfusión 

Tras la entrevista con el Dr. Alejandro Salazar y la enfermera Aida Checa, nos trasladamos del edificio del 061 del Parque Tecnológico de Andalucía (PTA) al helipuerto, dirección Cártama. Allí se encuentra el retén compuesto por un profesional de la Medicina, otro de Enfermería, piloto y tripulante HEMS.

La Dra. Remedios Soto está hoy de turno y nos cuenta que trabaja en el 061 desde 2003 y cinco años después es cuando comienza en el helicóptero: “Además de que me parece muy interesante el tipo de asistencia que realizamos tengo que decir que volar es increíble, no sabes nunca dónde vas a terminar la jornada”, relata desprendiendo entusiasmo por su trabajo y confiesa que no concibe el ejercicio de la profesión médica de otra manera.

La Dra. Soto realizó la primera transfusión de sangre en el aire. Fue en mayo de 2022. Despegaron rumbo a Ronda para ir en busca de un paciente al que un accidente de tren le había arrebatado una pierna: “Lo encontré en shock hipovolémico, muy inestable y decidimos que era el momento. Conseguimos cortar la hemorragia con un torniquete y empezamos con la transfusión. Comenzamos en tierra y después montamos al paciente con la sangre puesta y llamamos al Clínico para avisarles de que íbamos para allá. El paciente llegó estable. En los 40 minutos que duró el trayecto pasó de tener la tensión en 6/4 a llegar a 10/6 y la frecuencia bajo de 140 a 100. Para la doctora fue, sin duda, “el mejor día de mi experiencia laboral”.

Me despido de todo el equipo al que desde la revista Málaga agradecemos su amabilidad y tiempo. El helicóptero se quedó allí, dispuesto a despegar para ayudar a salvar vidas en cualquier momento.

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